Una casa colonial con mucho encanto

María Bausán María Bausán
Casa de descanso en Chapala, Mikkael Kreis Architects Mikkael Kreis Architects Maisons méditerranéennes
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La casa que vamos a descubrir en este libro de ideas tiene algo del realismo mágico de la literatura del otro lado del Atlántico. Tomando el fresco en alguno de sus patios, podríamos encontrarnos a algún personaje de Como agua para chocolate o deambulando por sus habitaciones, es posible sentir el olor del aceite de trementina con el que seguro pintaba Frida Kahlo. Y es que esta vivienda, construida en los años veinte en el estado mexicano de Jalisco, mantiene a pesar de una importante renovación terminada en el año 2000, el encanto de las grandes casas coloniales. 

Su aire de pueblo, sus tonos azules y la luz de sus estancias, han servido para conquistarnos, mientras que los detalles más eclécticos, que nos conectan con la Roma de emperadores y gladiadores, le dan un toque diferente y sorprendente. 

Una fachada que se adapta al espacio

Construida en los años veinte por una familia acaudalada del municipio mexicano de Chapala, la reforma buscó sacar el encanto original, sin artificios ni nuevos elementos que rompieran con el entorno colindante. De esta forma, la casa mantiene la línea de sus vecinas, haciendo uso de materiales de construcción tradicional en la zona, como la madera, el barro, la piedra y la cerámica.

Una entrada llena de vida

La entrada a la casa nos da una idea de lo que vamos a encontrarnos en esta vivienda: pavimento cerámico, colores suaves pero luminoso, plantas por doquier que conectan las zonas exteriores e interiores de la vivienda, detalles decorativos que conectan con la artesanía del pueblo y algunos elementos anacrónicos que nos llevan hasta la antigua Roma, como la silla de madera de tipo curul y una columna de estilo jónico.

La distribución

Acostumbrados a casas donde los espacios externos e interiores están claramente delimitados, en esta vivienda sorprende la fusión de ambientes. Así, el distribuidor se abre a uno de los pequeños patios de la vivienda, que se conecta exteriormente con una escalera que nos lleva al piso superior. Por otro lado, las habitaciones privadas se abren a este espacio funcional en el que volvemos a encontrarnos con un detalle imperial: una mesa de centro con tablero de cristal que utiliza la base de un capitel corintio. 

Cierto aire rural

El carácter abierto de la casa ya le aporta cierto toque rústico al conjunto, que se ve aumentado con otros detalles arquitectónicos, como las vigas de madera que recorren la sala principal de la vivienda. Tampoco puede faltar la madera, que siempre es un material muy ligado a la tierra y al estilo más rural. 

Un comedor muy tropical

Pero como decíamos al principio, esta vivienda es muy especial y no se ajusta a ningún estilo definido, mezclando todos ellos para crear un espacio único. En el amplio comedor, con una robusta mesa de madera apta para, al menos, 8 invitados, no faltan toques de color a través de unos cuadros que nos recuerdan que estamos muy cerquita del trópico, en el maravilloso México. Estas pinturas consiguen además crear un ambiente acogedor y familiar. 

Subimos a la planta superior

Además de un precioso jardín trasero, que veremos con más atención en las próximas imágenes, la casa cuenta con una planta superior, a la que accedemos a una escalera que se encuentra en el pequeño patio interior que se conecta con el salón y el distribuidor de la vivienda. Los tonos blancos y azules que se han utilizado en la casa, le dan cierto aire veraniego y vacacional.

La casa de arriba

Subiendo a la parte superior nos encontramos una amplia terraza desde la que accedemos a un edificio que incluye tres habitaciones y un baño. Aquí se han preservado los elementos previos a la reforma y ese aire rústico y antiguo que observamos en el desgaste de muros y vigas de madera expuestas y que le dan un aire auténtico y solemne a la vivienda. 

Un patio de ensueño

Si hay un lugar mágico en la casa, ese es el patio trasero que contemplamos en la imagen. Su aire rústico consigue crear un auténtico remanso de paz y se nos antoja el lugar ideal para disfrutar, bajo sus árboles frutales, de los atardeceres templados del verano. Al restaurar la finca se ha preferido convertir lo que antes era el jardín, en un patio pavimentado, de más fácil mantenimiento. Las escaleras, por el contrario, se han mantenido como antaño, repleta de plantas y macetas que nos muestran el camino. 

Si no quieres abandonar México, te recomendamos que le eches un vistazo también al libro de ideas Casa Jalapa: el color -y los niños- mandan.

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