El maravilloso antes y después de una casa familiar en Madrid

Isabel Rodríguez Isabel Rodríguez
REFORMA INTEGRAL EN CALLE RAFAEL SALGADO (ZONA BERNABÉU) MADRID, DISEÑO Y ARQUITECTURA INTERIOR DISEÑO Y ARQUITECTURA INTERIOR
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Conseguir la vivienda soñada es una meta que puede abordarse desde multitud de puntos de vista. Comprar un inmueble que reúna en un mismo espacio todo lo que buscamos es la opción más sencilla. La alternativa pasa por la transformación, un proceso de reforma que lo mismo atañe a una casa como tal, que a inmuebles planteados en origen para otros usos. El proyecto de antes y después que planteamos en este libro de ideas aborda el increíble cambio de un emplazamiento destinado a ser sede de una embajada que, tras la intervención profesional, se convirtió en una perfecta casa familiar junto a uno de los emblemas de la capital madrileña: el estadio Santiago Bernabéu. 

Su uso inicial se recogía en un diseño que apostaba por espacios muy compartimentados que, sin embargo, resultaban poco prácticos para una residencia habitual. Con este punto de partida, el arquitecto responsable del proyecto planteó una reforma, en apenas tres meses, que cambió por completo la estética de la vivienda dando como resultado una construcción elegante y cálida, lista para ser utilizada como casa familiar. ¿Quieres conocer los detalles? ¡Sigue leyendo!

Antes: puertas correderas y estanterías

Aunque no todo el mundo ha tenido oportunidad de pisar una embajada, muchos reconocerán en esta primera imagen la estética de una oficina o un despacho, espacios en los que la organización es, más que una opción, una necesidad. Dicho esto, la presencia de estantes y armarios no resulta extraña y, en esta habitación se combina con unas puertas correderas muy en línea con elementos propios de lugares en los que realizan audiencias y reuniones.

Después: un amplio salón con distintos ambientes

Las divisiones que antaño recogía el proyecto decorativo de esta embajada reconvertida en casa familiar, han dado paso a un amplio salón lleno de luz y con distintos ambientes. Aunque no es lo más habitual, el proyecto apostó por dejar que la puerta de entrada diera acceso directo a esta habitación mediante un discreto pasillo que, por otro lado, hace las veces de recibidor y se identifica mediante la colocación de una alfombra y diversos elementos propios de este tipo de espacios. 

Como puede apreciarse a simple vista el salón quedó dividido en dos zonas claramente diferenciadas: la que aparece en un primer plano, ideal para reuniones y visitas; y una en segundo término que invita a disfrutar de la intimidad del hogar abandonándose al placer de ver una buena película o la lectura de un libro interesante. La luz y la apuesta decidida por los tonos claros completan un diseño cálido y luminoso. 

El comedor

La estética empleada en el salón se extiende a la zona del comedor en la que la paleta cromática mantiene la luminosidad del espacio. En esta parte de la casa se introdujeron, además, elementos muy significativos que confieren a la sala un carácter único. La forja en el mobiliario o la presencia de cuadros con motivos tropicales son detalles que no pasan desapercibidos. Junto a estas muestras de singularidad, se mantuvieron ciertos aspectos de la construcción original como las molduras del techo que, en conjunto, crean un escenario de cuento. 

Antes: un largo pasillo que no aporta nada

Si nos remitimos al uso inicial de esta construcción, esto es, un inmueble gubernamental dividido en multitud de salas, parece obvio que la conexión entre ellas requiera de espacios de tránsito. El pasillo no dejaba de ser un elemento que, pese a su naturaleza indispensable, no había recibido ningún tipo de matiz estético. La simpleza de su aspecto da una idea más que acertada de la funcionalidad perseguida a la hora de integrarlo en el espacio original. 

Después: un pasillo con estilo

La intervención profesional en esta parte de la casa no deja lugar a dudas. El proyecto impregnó de belleza cada rincón sin abandonar a su suerte un espacio de paso como es el pasillo. La antigua estética aséptica de este escenario fue sustituida por un diseño mucho más acogedor en el que los colores claros de las paredes se combinan con motivos florales, todo ello envuelto en la calidez que proporcionan los suelos de tarima, las puertas de madera y una iluminación cuidada.

Antes: una cocina anticuada

La cocina es un espacio que, por su naturaleza como lugar de trabajo, ha de resultar inspirador. Sin embargo, esta estancia carecía de toda gracia y es que, pese a no presentar un mal estado, sí que ofrecía un aspecto desfasado, como de otra época. De hecho, las líneas del mobiliario o el alicatado de las paredes y el pavimento del suelo, recuerdan la estética de los años 70, una opción que no encajaba en el diseño de la cocina de una casa familiar de nuestros días. 

Por otro lado, el planteamiento original tampoco resolvía las necesidades funcionales de la cocina por lo que se hacía necesaria una profunda transformación. 

Después: sencillez cargada de encanto

¿Sorprendido? El resultado de la reforma acometida en la cocina de esta casa familiar no podía haber ofrecido mejores resultados. El planteamiento supuso una reducción en el número de accesos que permite una mejor gestión del espacio disponible. La habitación cuenta ahora con una práctica mesa que hace las veces de comedor, al tiempo que suma una zona de office. En lo que a estética se refiere, nada tiene que ver con la original. El nuevo diseño apuesta por una concepción minimalista, combinando los tonos claros, con la madera y los revestimientos metálicos.

Antes: un baño pequeño y sin luz

Los baños de la construcción en general y, este en particular, ofrecían un aspecto degradado y nada inspirador. Pese a ser espacios vestidos en tonos claros, se perciben como habitaciones oscuras y sin vida. Las líneas de los sanitarios denotaban una estética anticuada, lo mismo que los alicatados de las paredes. Si a ello añadimos que las ventanas no contaban con el aislamiento oportuno, la intervención de los profesionales era más que necesaria. 

Después: un espacio lleno de encanto

¿Quién dijo que la magia no existe? Aunque a priori pudiera parecer que el baño no sería capaz de reflejar el brillo y la calidez propias de un espacio que, en buena medida, ha de trasladar cierto sosiego y serenidad, la reforma acometida por los profesionales obró el milagro. El resultado fue un espacio que combina el estilo shabby chic con destellos de modernidad repleto de detalles entre los que no falta un gran espejo que permite hacer que parezca más grande. 

Clasicismo en los dormitorios

Volvemos al principio para llegar al final de nuestro recorrido y es que, como comentábamos, la construcción original ofrecía multitud de espacios compartimentados que, tras la reforma de esta casa familiar, se convirtieron en coquetos dormitorios de estética clásica. La paleta cromática que domina la vivienda se respetó en las zonas de descanso, con un claro protagonismo de los tonos crema. También se mantuvo el gusto por los muebles con ciertas reminiscencias del pasado y acabados desgastados que, en suma, sumados al resto de elementos hicieron de este antiguo epicentro de la burocracia una auténtica casa familiar. 

Si quieres conocer más proyectos de reforma, no dejes de leer: ¡Antes y después de un pequeño apartamento!

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