La combinación del blanco con el gris en los interiores suele ser algo muy acertado, sobre todo en aquellos espacios pequeños. Pero también se puede usar cuando no hay problemas de metros cuadrados, ya que es una pareja perfecta si se quieren conseguir ambientes sanos y elegantes, pero con un toque de modernidad. Es una buena base para, sobre ella, añadir una decoración más personal, incluso algunos toques de colores más vivos, como veremos en algunos de nuestros 8 fantásticos ejemplos. ¡Esperamos que los disfrutes!
Como iremos descubriendo a lo largo de estos 8 apartamentos, el blanco y el gris es una combinación que puede dar resultados muy diferentes según con qué estilo de muebles se combine. Este caso por ejemplo, muestra un salón comedor de una vivienda con un estilo industrial, que viene definido principalmente por la pared pintada de gris con textura y por la lámpara que cuelga del techo. El suelo de madera es un buen complemento para estos dos colores.
Este otro caso, aunque la combinación básica sigue siendo al blanco y el gris, tiene un estilo muy distinto del anterior. Volvemos a ver el gris en el sofá y en algunos cojines, pero ahora se han introducido notas de otros colores, sobre todo el celeste. La madera ahora reviste una pared y no el suelo, que ahora es continuo. Este es uno de las diferencias más importantes entre estos dos ejemplos, el tipo de pavimento, que puede cambiar por completo la sensación de un espacio.
¿Qué te parecería combinar el gris y el blanco con otros tonos de colores más vivos? Esto es lo que han hecho estos diseñadores de interiores al introducir el verde menta en este comedor. El gris está presente en el sofá, la mesa de comedor y en el suelo continuo, y el blanco en superficies como paredes y techo. Pero la madera y el color verde juegan en este interiorismo un papel fundamental para revitalizar el espacio. Los tres cojines sobre el sofá son también tres piezas clave.
En esta buhardilla se han usado pocos muebles. Lo que se quería era contar con espacio suficiente en la zona central para poder usarla de manera flexible. Por ello, y para que no se viera una estancia demasiado desangelada, se optó por un suelo cálido de madera, que se ha complementado con alguna que otra pared pintada de gris y un sofá blanco estampado con flores. Cuando hablamos de blanco y gris ¡no quiere decir que estén vetados los estampados!
Este salón, sin decoración, sería ya de por sí una maravilla. El salón a doble altura y esas vistas espectaculares hacia el campo convierten esta vivienda en un mirador de lujo. Pero precisamente para aprovechar todo este potencial y convertir una estancia aquí en una experiencia sublime, se ha realizado una decoración delicada mediante piezas de mobiliario de diseño clásicas en color gris y blanco, materiales fríos y tejidos cálidos, obras de arte en las paredes y notas de olor esparcidas por los rincones gracias a los jarrones con flores naturales.
Esta otra casa es una auténtica maravilla. Se trata de una casa de campo con un espacio diáfano destinado a la cocina, comedor y salón, sin particiones. Un techo alto de vigas de madera y una puerta de forja antigua que abre al jardín definen un ambiente romántico y rústico, perfecto para los días invernales, pero también para las jornadas veraniegas. El gris y el blanco vuelven a ser los colores predominantes, pero como hemos visto, dando un resultado único.
En este ático, el conjunto blanco y gris se ha combinado con detalles en colores vivos que dan como resultado un estilo ecléctico muy peculiar. Al igual que hemos visto en los demás ejemplos, tanto el sofá como la alfombra del salón son grises. El suelo de madera, y el techo inclinado también de madera, pero pintada en blanco. El toque de originalidad lo dan algunos complementos en distintos colores, como las flores lilas; el cuadro rojo, azul y negro; los cojines con estampados diferentes.
Nos vamos con el ejemplo del espacio de día diseñado en una superficie longitudinal, a lo largo de la cual se va sucediendo diversas estancias. En primer plano tenemos la cocina con una encimera de piedra negra con vetas blancas. Seguidamente el comedor, y al fondo el salón, de nuevo con un sofá gris. El suelo de baldosas de este mismo color continúa en todo el espacio, aportando mucha luminosidad.