Desde hace ya varias décadas se ha ido produciendo un
importante abandono de los pueblos en detrimento de las ciudades. Sin
embargo, la tendencia hoy ha dado la vuelta a la tortilla y a lo que
todos ansiamos es a poder dejar nuestro minúsculo apartamento en la
ciudad y llevar una tranquila vida en una bonita casa del pueblo. Una
vivienda para respirar verde y recuperar el contacto con la
naturaleza. De ahí que en homify le prestemos especial atención a
los proyectos que nos ayudan a cumplir este sueño. Proyectos que
renuevan viejas viviendas, que construyen modernos edificios sin
abandonar el toque rural o que consiguen devolver a la vida a viejos
caserones y masías olvidadas.
El proyecto que presentamos en este libro de ideas nos los traen los profesionales de Feu Godoy Arquitectura y nos lleva a descubrir una bonita masía que ha sido remodelada para convertirse en una acogedora y moderna vivienda de pueblo. ¡Vamos a verla!
Antes de meternos en el interior de la vivienda vamos a comtemplar su aspecto exterior. La casa está totalmente abierta al espacio que la rodea, convirtiendo la naturaleza en un elemento más de la construcción. La imponente casa de piedra, con los toques de color granate en la parte superior y en los laterales, se abre a una terraza que desemboca en un amplio jardín que se pierde en el paisaje. Pero claro, si tu casa se encuentra en un lugar así… ¿cómo no dar importancia al paisaje?
De la convivencia entre lo interior y lo exterior nos damos cuenta nada más transpasar los muros. Grandes ventanales y puertas vidriadas comunican el exterior con las habitaciones de la casa, en este caso el salón. Por otro lado, no pasa desapercibido el uso de la madera como material principal. Este reviste los techos y los suelos enlazando con el pasado rural de la masía y aportando una nota cálida a la casa.
La fusión entre lo moderno y lo rural es también una constante en esta construcción, donde se reinventan los elementos estructurales más rústicos, como las vigas de madera, con otras piezas de diseño minimalista, como la inmaculada cocina en blanco que descubrimos en esta fotografía. La isla se convierte en el distribuidor de la circulación de este espacio diáfano y amplio que acoge los usos de día de la vivienda. Y es que aquí, además de la cocina, vemos también el comedor. El paso de uno a otro se realiza sin transición alguna. Es el diseño del mobiliario y el uso de los colores de este el que nos indica que estamos en uno u otro lado.
La escalera se encuentra totalmente intregarda en el espacio, hasta el punto de convertir el hueco bajo ella en la zona de almacenamiento de la cocina. Encajados a la perfección, los muebles y los electrodomésticos de la vivienda encuentra aquí un rincón perfecto para pasar desapercibidos.
Estas dos imágenes nos ayudan a entender cómo se ha planteado el diseño de la vivienda. La escalera es el nexo de comunicación entre las diferentes plantas, pero a lo largo de esta se instalan diferentes venanales de caprichosas formas que ayudan a que fluya la luz. Por otro lado, también nos llaman la atención la combinación de materiales: la fuerza industrial y urbana de la escalera de metal y el carácter rural de los muros de piedra en los que se apoya. La madera, en lo más alto, constituye el tercer material natural que protagoniza esta vivienda.
Terminamos nuestro recorrido en la parte más alta de la casa. Una amplia habitación con el techo ligeramente inclinado en el que se recupera el color teja de la fachada en uno de los muros de la sala y en una puerta. Aquí tampoco falta la unión de los tres materiales naturales, presentes también en el resto de la casa. Los amplios ventanales vuelven a conectarnos con el exterior para terminar este recorrido exactamente donde lo empezamos: en la naturaleza.
Hasta aquí este libro de ideas, si quieres leer más sobre casas rurales recuperadas te recomendamos el artículo La rehabilitación de una masía espectacular.