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Hoy en día la mayoría de nuevas construcciones se basan en el concepto del open space para crear espacios interiores integradores en los que las paredes no pongan límites a la imaginación y podemos distribuir las distintas zonas de nuestra vivienda sin tener que amoldarnos a unas pautas establecidas, así como mejorar la circulación, comunicación e iluminación en nuestra vivienda.
Aunque es cierto que a través de un espacio diáfano puede abrirse ante nosotros un amplio abanico de posibilidades, también es verdad que las estancias demasiado grandes pueden crear cierta incomodidad y una sensación poco acogedora que dificulte el sentirnos a gusto en nuestro hogar.
Para poner solución a ese delicado problema te proponemos construir un sencillo separador de espacios para poder diferencias ambientes y estancias y conseguir así ese grado de intimidad que necesitas. Aunque pueda parecerte toda una obra de ingeniería, esta tarea no tiene porqué resultar complicada y siempre resulta gratificante ensuciarte las manos para crear cosas de la nada.
Sigue las pautas que te damos en este libro de ideas y ¡no habrá pared que se te resista!
Cuando tenemos una sola habitación de un tamaño más o menos grande, esta resulta fácil de dividir gracias a un tabique con el que crear dos espacios independientes,consiguiendo aislar de un modo u otro los ruidos y olores de un espacio al otro, una sustancial ventaja frente a los separadores convencionales.
Un tabique liviano, hecho en yeso o pladur conlleva un proceso muy sencillo de construcción, pudiendo adaptar sus dimensiones y forma a cualquier espacio de la vivienda.
El primer paso, consistirá en dimensionar la superficie para situar el tabique en lugar preciso, asegurándonos de que no coincide con cables, tuberías o conductos importantes de suministros. Una vez establecido el lugar exacto deberemos colocar en dos puntos distintos y alineados de la sala y colgando de arriba a abajo, un plomo para marcar la plomada y asegurarse que el tabique quedará derecho allá donde vayamos a situarlo, así como hacer dos marcas en el suelo, coincidiendo con estos puntos.
Tal y como adelantábamos al comienzo de este libro de ideas, un separador de espacios puede ser una práctica solución a la hora de crear ambientes distintos y diferenciar estancias dentro de un espacio diáfano. Aunque de esta tarea normalmente se encargan las paredes construidas originalmente hoy en día el open concept nos ofrece la posibilidad de combinar estancias y jugar con sus dimensiones.
No todo van a ser muros de hormigón, existen mil y una posibilidades para crear un separador de espacio, desde muebles, paredes vegetales, cristales o espejos…
Antes de continuar con el nuestro proyecto de construcción te dejamos algunas ideas a través del libro: Cómo separar espacios sin construir paredes.
Un tabique es un muro no estructural, lo que permite que podamos optar por materiales más baratos y ligeros, todo dependiendo también de la calidad que queremos que tenga así como su resistencia. Este elemento arquitectónico debería cumplir a pesar de todo con un cierto aislamiento térmico, acústico y con una resistencia mínima, permitiendo por ejemplo el fijar objetos tanto ornamentales como funcionales.
El tabique más generalizado actualmente está conformado por un marco de perfiles metálicos y un revestimiento de yeso y cartón. En este tipo de tabiques la instalación es muy sencilla, partiendo de la instalación de unos perfiles en U que se sitúen a lo largo de la pared hasta el suelo, sirviendo de guía para nuestro divisor.
Dependiendo del material que escojamos no sólo podremos deparar, sino también asilar nuestros espacios. Para ellos hay que tener en cuenta que el aislamiento que hay en la actualidad es bastante eficiente, aunque existen pequeños trucos.
Si queremos eliminar el 100% de los ruidos tendremos que aislar toda la habitación, incluyendo suelo, paredes y techo, ya que el sonido se propaga por los materiales de construcción a través de la vibración, pura física.
Además si cuentas con muchos enchufes y lámparas, esto también favorecerá que disminuya ese porcentaje de reducción de ruido ya que entrará por ésos agujeros. La única solución sería realizar una reforma de la instalación, demasiado engorrosa si no se trata de una obra de vital importancia.
Otra modalidad, aún más cómoda y rápida para el propietario de la casa es apostar por divisores decorativos o tabiques autoportantes que no suponen ninguna obra de instalación en casa. Como veos en este bonito diseño de en madera maciza, aprovechamos una doble función, por una lado como separador y por otro, elemento decorativo.
Para ello podemos emplear todo lo que se nos ocurra, desde celosías con dibujos tallados como esta a biombos decorativos. Otra de sus ventajas es que no forman parte de los elementos arquitectónicos de la vivienda, por tanto, siempre que nos cansemos, podemos optar por deshacernos de ellos.
Una de las ventajas de poder cambiar las dimensiones del espacio y su configuración es que podemos crear entornos personales adaptados a nuestras necesidades. Ya sean habitaciones independientes como una misma estancia separada en varias, las opciones son infinitas y los elementos que podemos emplear para ello también.
En este precioso proyecto de NAN Arquitectos la esencia es la sencillez de formas y estructuras, un diseño en el que todo fluye, empleando como columna vertebral una chimenea en hormigón de corte minimalista. Gracias a ella podemos diferenciar y separar claramente la zona del dormitorio de la sala de estar, pero aprovechando al mismo tiempo los inmensos ventanales del conjunto de la sala y compartiendo así la iluminación.
